La apreciación de un
paisaje no se limita a un efecto óptico, como correspondería a un cuadro, sino
que en la valoración que cada uno de nosotros hace de ese espacio intervienen
todos los sentidos. Además, el paisaje y su valoración individual esconden
muchos aspectos poco apreciables desde el punto de vista del espectador poco
experimentado. Hay una trasmisión de emociones y sensaciones que muchas veces
provienen de nuestra experiencia vivida o heredada.
Todo esto hay que
conocerlo para obtener un buen resultado en el diseño de un jardín.
Por ello, a continuación
vamos a hablar de las claves del diseño de jardines, que hacen que, los que la
hemos empezado a conocer, nos sumerjamos con entusiasmo en esta estimulante disciplina:
el paisajismo.
EL LEGADO DE NUESTROS ANTEPASADOS
Los espacios abiertos
requieren elementos verticales que nos produzcan cobijo, pero la posibilidad de
ver los que hay a nuestro alrededor. Los miradores con vistas magnificas son
más propicios al descanso y la meditación cuando ese elemento vertical nos
resguarda (una pérgola, un árbol,…).

El agua es un imán para
el espectador de un paisaje. Es mágico. Pero no sólo por sus cualidades
estéticas o ambientales. También nos gusta tenerla cerca porque significa la
vida. No hay vida sin agua. El hombre siempre ha buscado su compañía para
establecer sus comunidades.
NUESTRA PROPIA CARGA
CULTURAL
Para apreciar las
sensaciones que produce un paisaje también es necesario tener presente nuestra
propia cultura.
Nuestro lugar de origen
y nuestro conocimiento del entorno en el que nos encontramos hacen que la
apreciación de lo que vemos cambie. Una forma conocida que represente un hito
cultural o social lo aprecian y asimilan los pobladores de este lugar. Los
demás visitantes del lugar no lo interpretan de la misma forma. Incluso les
puede pasar desapercibido.
No tiene la misma
sensación ante un paisaje de bosque (por poner un ejemplo), una persona joven
que alguien de más edad, o un biólogo que un arquitecto o un ganadero. Nuestras
propias vivencias hacen que interpretemos lo que vemos y sentimos en un espacio
de una forma diferente.
PLANIFICACIÓN Y DISEÑO

LOS SENTIDOS EN LA
APRECIACIÓN DEL PAISAJE
Es importante tener en
cuenta que no solamente el sentido de la vista interviene a la hora de apreciar
un paisaje, sino que en esa valoración intervienen todos los sentidos.
La
vista:
Cuando se presenta ante
nuestra vista un espacio, recogemos al principio sólo lo más relevante de él.
Captamos las distancias, las zonas libres, los espacios ocultos, los puntos
llamativos por el color, el movimiento o su textura. Tenemos también una primera
impresión en cuanto a la estructura del espacio y la armonía de sus
componentes.
Si seguimos observando
vamos fijando en la mente algunos detalles más hasta que tenemos una imagen
mental esbozada de la escena. En este momento de la observación, en la visión
que tenemos del paisaje rigen las leyes de la composición estética. Podemos
mirar un paisaje como el que contempla un cuadro.

También merece la pena
hablar de lo que no se ve pero se intuye o se imagina, en un paisaje. Cuando
los espacios de cierta dimensión se contemplan enteros de un solo vistazo,
suelen tener poco interés. Si estos espacios, o incluso los que ya no
pertenecen al jardín los colocamos escondidos, de forma que se intuyan pero no
se vean, el jardín gana en interés. Nuestras vivencias ancestrales junto con la
imaginación hacen que lo vivamos como un espacio de aventura, en el que nos
apetece indagar.
Por otro lado, la luz
hace que los lugares produzcan distintas impresiones. Uno de los secretos mejor guardados de los
jardines es la utilización de los cambios de luz. Hace que el ambiente creado
sea más agradable.
El
olfato
Es el sentido más
primitivo. Es el primer sentido que se desarrolla en el ser humano. Es el
sentido del recuerdo y la emoción.

Además, los olores están
asociados a determinadas sensaciones y comportamientos: Espliego (estimula las
actividades intelectuales), mar/olor a sal (potente reductor del estrés),
albahaca (agudiza la atención), geranio y lantana (revitalizante), jazmín
(tonificante y afrodisíaco), tomillo (antidepresivo), olor a pino
(reconstituyente), limón (mejora la energía física),..
Normalmente asociamos
olores con colores. Por ejemplo el color naranja con el olor a naranja. Si
colocamos un naranjo junto a una pared pintada de naranja tenemos la sensación
de que huele más.
En este caso, como en el
ya comentado de la vista, la sencillez es la norma. No mezclar gran cantidad de
aromas. El espectador se perdería entre ellos, no reconociéndolos incluso. Por
otra parte los aromas se intensifican con la humedad y con el calor. En verano
los olores serán suaves, ya que los olores vivos intensifican la sensación de
calor.
El
tacto
Lo apreciamos
generalmente a través de las manos. También podemos percibir estímulos con los
pies al caminar, al sentarnos. En el rostro las sensaciones también son
intensas, por ejemplo las producidas por el aire al rozar con la piel. Los
rayos solares y las diferencias de temperatura hacen que nuestra piel reaccione
a ellas. Bajo la nuca es el lugar del cuerpo donde se percibe mejor la
temperatura.
El
oído
Desde un punto de vista
psicológico con el oído recibimos dos tipos de ondas que percibimos como
sonidos o ruidos.
Un sonido puede producir
una sensación agradable, con ritmos conocidos y que se interpreta como
positivo.
Un ruido es un estímulo
sonoro que se interpreta como un conjunto anárquico de frecuencias agudas y
graves; de niveles altos/bajos que no son deseados por el receptor con señales
impredecibles. La molestia del ruido se incrementa si se percibe como
innecesario o se asocia con factores de miedo.
Gusto
Otra
dimensión: el tiempo
Aquí hay otra dimensión
más: el tiempo, que hace que el jardín vaya cambiando, no sólo de estación en
estación, sino también de año en año. Nunca es exactamente igual lo que vemos
un día cono lo que veremos pasado un cierto tiempo. Las plantas como seres
vivos van evolucionando. Algunos
materiales inertes también cambian con el paso del tiempo.
Estos son los datos de partida
para el diseño del jardín. Crearemos una idea de conjunto para el espacio a
diseñar. Algo que le de unidad y cohesión al conjunto de elementos y cualidades
que se presentarán ante el espectador.
A partir de aquí empezaremos
a estudiar la planificación del espacio estudiando de las necesidades que debe
cumplir.
Carmen Calvo Serrano
Ingeniera agrónomo – Experta en Diseño y Gestión del Paisaje
Tf. 619824578